INDIVIDUO Y COMUNIDAD

La consideración clave, para cada guerrero como individuo, era indudablemente su posición de responsabilidad en la tribu y para con su familia. En muchos sentidos, la respuesta más fácil para el guerrero es morir en la batalla; la respuesta más difícil es someterse a una vida que es contraria a su propio ser. Pero esta última respuesta es la que se exige a cada hombre con la responsabilidad de salvaguardar los valores esenciales de sus padres para transmitirlos a sus hijos, aunque comprenda que muchas cosas amadas las perderá para siempre. Muchos líderes indios, incluidos el jefe Caballo Loco y el jefe Trueno Que Retumba (Chief Joseph), acabaron tomando esta decisión. Si aquellos guerreros hubiesen perdido la vida en fútil combate, la tradición india con sus enseñanzas para todos los hombres se hubiera perdido con ellos para siempre. Hace falta mucho valor para morir en la batalla, pero, en muchos aspectos, más valor hace falta para elegir vivir sufriendo para preservar la herencia tribal, que es ante todo espiritual.


E. SERRA (selector) : Es un buen día para morir. El guerrero indio, Palma de Mallorca, 1998