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Philippe Bossinot (Qu'est-ce qu'n fait archéologique?, 2015) no ha leído (o al menos no lo cita) a Gavin Lucas (Underestanding the archeological record, 2012); pero ambos coinciden en lo básico: la arqueología está en algún sitio entre la descripción del estado actual de la cultura material y su interpretación en términos históricos. Esto la obliga a considerar el registro como un agregado (agrégat) o un conjunto (assemblage) significativo de objetos que representan procesos medio naturales, medio culturales. Este es el estado del arte por encima de las estériles disputas de autores snobs acerca de la simetría, por mucho que éstas se deriven de ese carácter intermedio (in-betweenness) de nuestra disciplina entre lo natural y lo cultural (si es que podemos aún hablar en estos términos).
